lunes, 10 de marzo de 2014

Barry Sheene 11 años sin él.

El que a mí me apasionaran las motos tiene nombre y apellidos, Barry Sheene. Él fue la razón por la que este maravilloso deporte, pasara a ser mi única razón de existir.


Hoy hace ya 11 años que un cáncer de estómago se lo llevara pero con la dignidad de alguien que no quiso tratarse ya que no quería vivir sus últimos días enganchado a una máquina para recibir los medicamentos.

Desde que le vi pilotar en una carrera por televisión (en abierto y sin publicidad, por cierto), aquel piloto con su carácter díscolo, acaparador de masas, y ese casco con el Pato Donald y el 7, a la par de sus duelos contra Giacomo Agostini (aunque ya estaba en franca decadencia), Pat Hennen, Tevo Lansivuori, Marco Luchinelli, e incluso Victor Palomo, que aquel mundial de 1976 finalizó el 17º con 13 puntos. O las temporadas en las que apareció Kenny Roberts "el marciano", y se arreaban de todas las formas y maneras posibles, pero que al finalizar se fundieran en un abrazo, fueron las anécdotas y hazañas que llevaron a Barry Sheene a los altares del motociclismo.

Sus accidentes, terribles como el sufrido en Daytona cuando creían que si sobrevivía, perdería sus piernas, tenía más clavos, tornillos y placas de acero que una ferretería. Su fama de mujeriego, hasta que conoció a su mujer  Stephanie, su amistad con el chico malo de la F1, James Hunt quienes creían que ambos estaban cortados por el mismo patrón, su afición al tabaco (llevaba los cascos aguereados para poder fumar en la parrilla de salida), su corazón tan grande que no le cabía en el pecho (como cuando dejó su casa a Víctor Palomo con una Bultaco TTS la cual le acababa de regalar y le dio todo lo necesario para que la preparara y pudiera correr una carrera)...

La última vez que le vi en directo fue en el Jarama el 22 de mayo de 1983, en una de sus últimas carreras con Yamaha, antes de volver a Suzuki en 1984 para ser esa su última temporada en activo.


 













Tras su retirada, Barry se fue a Australia e hizo de comentarista para la Tv astraliana (cualquiera que pueda ver uno de esos videos verá lo que es un comentarista técnico y no Crivillé).

Cada vez que veo un artículo relacionado con Barry (juguetes normalmente) lo compro, y este es mi pequeño homenaje a un piloto, al que tuve la suerte de ver pilotar en directo, y además en 1976, en una carrera en el Jarama, estrecharle la mano y que siempre estará en la memoria de los que sí entienden de motociclismo.




Siempre en el recuerdo allá donde estés Barry.





Un saludo.

Fili.






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