Desde que le vi pilotar en una carrera por televisión (en abierto y sin publicidad, por cierto), aquel piloto con su carácter díscolo, acaparador de masas, y ese casco con el Pato Donald y el 7, a la par de sus duelos contra Giacomo Agostini (aunque ya estaba en franca decadencia), Pat Hennen, Tevo Lansivuori, Marco Luchinelli, e incluso Victor Palomo, que aquel mundial de 1976 finalizó el 17º con 13 puntos. O las temporadas en las que apareció Kenny Roberts "el marciano", y se arreaban de todas las formas y maneras posibles, pero que al finalizar se fundieran en un abrazo, fueron las anécdotas y hazañas que llevaron a Barry Sheene a los altares del motociclismo.
La última vez que le vi en directo fue en el Jarama el 22 de mayo de 1983, en una de sus últimas carreras con Yamaha, antes de volver a Suzuki en 1984 para ser esa su última temporada en activo.

Tras su retirada, Barry se fue a Australia e hizo de comentarista para la Tv astraliana (cualquiera que pueda ver uno de esos videos verá lo que es un comentarista técnico y no Crivillé).
Cada vez que veo un artículo relacionado con Barry (juguetes normalmente) lo compro, y este es mi pequeño homenaje a un piloto, al que tuve la suerte de ver pilotar en directo, y además en 1976, en una carrera en el Jarama, estrecharle la mano y que siempre estará en la memoria de los que sí entienden de motociclismo.
Siempre en el recuerdo allá donde estés Barry.
Un saludo.
Fili.
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